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Tiempo de invierno, tiempo de calçots

Tiempo de invierno, tiempo de calçots

De la cebolla al calçot
Cuentan que fue un campesino de Valls, la capital de la comarca del Alt Camp en Tarragona, el que a finales del S. XIX probó a poner unos brotes de cebolla en el fuego. Xat de Benaiges, como se llamaba el descubridor de este exquisito producto comenzó así una tradición culinaria que hoy es típica de la región y apreciada en muchos otros lugares.

A partir de mediados del S. XX, las calçotadas se convirtieron en la comida típica de los días de fiesta en la comarca y, poco a poco, fue extendiéndose su fama hasta que en el año 1995 la Generalitat de Cataluña creó la denominación de calidad «Calçot de Valls» y en 1996 se constituyó el consejo regulador. Cada año se celebra en Valls La Gran Fiesta de La Calçotada, la más popular.

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Los calçots son los brotes de la cebolla de variedad leridana Blanca Grande Tardía. Una vez se obtiene la cebolla, se guarda hasta el mes de septiembre y tras darle un corte en la parte superior se vuelve a plantar. Los brotes que nacen del bulbo deben ir “calzándose” o cubriéndose de tierra para que se mantengan blancos. De esta operación le viene el nombre al cultivo, y del nombre vienen las “calçotadas”, fiestas al aire libre en las que se reúnen amigos y familiares en torno al fuego para degustar esta sabrosa verdura. Se acompañan tradicionalmente con una salsa llamada “salvichada” que combina perfectamente con el gusto suave y aromático de los calçots. Una buena calçotada debe de incluir también otros productos de la tierra como la butifarra y otros embutidos. De postre la crema catalana no debe faltar en este típico menú; todo ello regado con vinos de la tierra y cava.

Calyotada 2014

Comida de campo
La costumbre es usar como leña los sarmientos de las vides. Los calçots se comen enteros tomando entre los dedos el extremo inferior y “desenfundándolos” de la capa externa, que sale con mucha facilidad. Después se empapan en la salsa. No es difícil mancharse por lo que comerlos dentro de casa puede resultar incómodo, circunstancia que los restaurantes que ofrecen calçotadas, han resuelto ofreciendo a sus clientes unos inmensos y llamativos baberos.