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La Toscana vista desde il Cellese

La Toscana vista desde il Cellese

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En La Toscana no caben estridencias ni discordancias. Es la tierra del buen gusto, del arte, el refinamiento y el “buen vivir”. Ciudades como Siena, Pisa, Lucca, Arezzo o la magnífica Florencia nos regalan una de las mayores concentraciones de obras de arte del mundo. Pero esta profusión de belleza no hubiera sido posible sin el estrecho vínculo existente entre la ciudad y el campo toscano.

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Suaves colinas, olivos, cipreses, villas y pueblos amurallados

La región debe su nombre a los etruscos, que la habitaron en el Siglo I A.C. Fueron ellos los fundadores de Volterra, Cortona y Arezzo, entre otras ciudades, y también a ellos les debemos una forma de explotación de la tierra que trajo consigo la implantación del olivo y el ciprés, tan característicos de estos paisajes. Los romanos sentían la necesidad de alternar su vida profesional en la ciudad con estancias de cuando en cuando en el campo, buscando un retiro temporal en entornos rurales. Los humanistas florentinos retomaron el gusto por este estilo de vida y encontraron en el campo su fuente de inspiración. Los paisajes de La Toscana no son casualidad. Son el reflejo de una especial sensibilidad artística que, aún hoy, se percibe en las gentes de esta región. En el campo toscano todo es orden y armonía: suaves colinas, caminos bordeados por elegantes cipreses, tejados de villas escondidas, valles de olivos y vides, carreteras serpenteantes entre bosques de robles centenarios.

arte, cultura y paisaje

una misma realidad en La Toscana

Así es Il Cellese, una villa situada en El Chianti, en pleno corazón de La Toscana, donde es posible disfrutar de una vista privilegiada de la comarca. Hablar de Il Cellese es hablar de Sergio Sardelli. Desde que tenía un año de edad, Sergio vivió en Sevilla, ciudad que dejó hace unos años para regresar a la tierra de sus padres y sus abuelos y dedicarse de lleno a la restauración de una finca familiar. Sevilla y Toscana, dos lugares privilegiados que habrán influido seguro en el carácter de Sergio, acogedor y simpático de tal manera que en Il Cellese uno se encuentra como en casa. Tras casi siete años de trabajo, Sergio consiguió convertir su casa en una de las más bellas villas turísticas de La Toscana. Su esfuerzo para adaptarse a las rigurosísimas normas que se exigen a este tipo de establecimientos en Italia ha permitido que en Il Cellese se haya preservado un entorno privilegiado, sin renunciar por ello a las comodidades de los tiempos actuales. La villa está compuesta de apartamentos, todos ellos diferentes, decorados con un gusto exquisito en un estilo ecléctico que combina muebles antiguos con pintura moderna y elementos contemporáneos.

Y entre olivos y vides, aceite, vino y buen comer, porque Il Cellese no sería igual sin Silvia y su magnífica cocina. Desde el brunch del domingo, un auténtico placer si se disfruta con calma en la terraza, a las cenas (no perder los ravioll, i burro e salvia), Il Cellese te dará la oportunidad de probar los mejores productos de La Toscana en su origen: vinos de la Denominación Chianti Classico, uno de los mejores tintos de Italia y aceite de oliva virgen extra.

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El encanto de un paisaje

La casa se encuentra en una loma abierta a un gran valle. Cada mañana es posible pasear entre las vides, contemplar el lento amanecer tras las colinas o escuchar las suaves campanas de La Iglesia del encantador “Castellina in Chianti”, población a la que pertenece Il Cellese. La ubicación de la finca es ideal para empaparse de arte visitando Florencia, Siena, Lucca, y el resto de ciudades toscanas y perfecta para recorrer los pueblos más típicos de la zona, como San Giminiano, Monteriggioni, Pienza, Bagno Vignoni, etc…, pero Il cellese ofrece también otras originales alternativas para disfrutar a fondo de la belleza de este entorno único y conocer su deliciosa y afamada gastronomía. Un día de campo en Montalcino buscando trufas es, sin duda, una opción original e interesante, más aún si se termina la jornada con una comida a base de platos tradicionales condimentados con trufa muy fresca.

La trufa blanca piamontesa es apreciadísima por los gourmets por su sabor delicado e intenso y su aroma penetrante. El llamado oro blanco de la gastronomía alcanza altísimos precios en el mercado debido a su escasez y a que no es posible cultivarlo. Estos hongos nacen subterráneos en los bosques del norte de Italia y son, por ello, difíciles de extraer. Los buscadores de trufa se sirven de animales con alta capacidad olfativa para encontrara los tubérculos. Hoy en día predomina el perro trufero, que ha sustituido al cerdo, o más bien la cerda que, pese a tener mayor capacidad, es difícil de entrenar y lenta de movimientos.

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La jornada empieza recorriendo los empinados caminos que conducen a los bosques de los valles. Son zonas de tierras calizas, sombrías y muy húmedas donde abunda el álamo blanco, una de las especies en cuyas raíces suele nacer la trufa. Cada día que un trufero sale al campo, sale a la aventura sin saber si logrará o no resultados. La trufa blanca pierde su sabor al calentarla por lo que suele utilizarse fresca, rallada o en láminas.

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Guía Viajera

Castellina in Chianti está situado en la provincia italiana de Siena,

en la comarca del Chianti. La Toscana.

www.castellinainchianti.com

Agriturismo Il Cellese

www.ilcellese.it

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1 comentario

  1. Mario Cavaradossi

    #1 Mario Cavaradossi 04-05-2012 01:54
    Realmente un artículo interesante trufado de estupendas fotos. ¡La perrita tiene cara de lista!