El Olivo (olea europea)
El olivo es el árbol más característico de los países mediterráneos y forma parte de su cultura. Junto con la vid y el cereal integra la llamada trilogía mediterránea, nombre genérico para denominar a los tres cultivos básicos y, por tanto, paisajes agrarios propios de la zona mediterránea.
Un árbol muy longevo
El olivo (olea europea) es un árbol de la familia de las oleáceas que puede medir 15 m de altura. Tiene un tronco grueso, corto y retorcido algunas veces de color gris claro con protuberancias y fisuras que van aumentando a medida que se hace mayor presentando en su juventud una corteza lisa. Se ramifica a poca altura formando una copa redondeada y amplia. Las ramas son flexibles y a veces tienen espinas. Las hojas son perennes, opuestas, lanceoladas de hasta 8 cm de longitud y 2 cm de ancho y de color verde intenso por el haz y verde blanquecino por el envés. El olivo es un árbol muy longevo. Puede vivir hasta 500 años y ser toda su vida productiva.
De forma espontánea, el olivo crece únicamente en zonas con clima mediterráneo. La variedad silvestre es el acebuche que tiene forma arbustiva, las hojas son más ovaladas y el fruto más pequeño.
La flor es hermafrodita, pequeña y con cuatro pétalos blancos en forma de racimos. Florece durante la primavera. El fruto es una drupa de color verde o negro según el tipo de olivo.
El nombre olivo proviene del latín olea y éste a su vez del griego eala. Su fruto puede llamarse oliva, nombre proveniente también del latín o aceituna que deriva del árabe zaitun.
Este árbol aprovecha el clima templado y seco de las zonas mediterráneas pues requiere terrenos poco húmedos, pobres y con capacidad de drenaje. Hoy en día, sin embargo, se encuentran olivos en zonas templadas de los cinco continentes. Su origen se encuentra en Siria o en Palestina; los fenicios se encargaron de extender su cultivo que pasó de Creta a Grecia y de allí a Roma que lo llevó hasta los confines mediterráneos de su imperio. Los árabes fueron los que impulsaron la producción de aceite. En América, destacan Perú, chile, Argentina y California.
«El campo
de olivos
se abre y se cierra
como un abanico.
Sobre el olivar
hay un cielo hundido
y una lluvia oscura
de luceros fríos.
Tiembla junco y penumbra
a la orilla del río.
Se riza el aire gris.
Los olivos,
están cargados
de gritos.
Una bandada
de pájaros cautivos,
que mueven sus larguísimas
colas en lo sombrío».
Paisaje. Federico García Lorca