
El Labrador en el Prado

El Labrador en
el Prado
Juan Fernández, el Labrador es un pintor de la primera mitad del S. XVII conocido por sus bodegones; autodidacta, nació y vivió en el campo y en la naturaleza encontró los modelos para su pintura minuciosa y detallista.
Su relación con el italiano Crescenzi, protector de artistas, les acercó a las técnicas de Caravaggio y a su modo de iluminar la figura principal del cuadro en contraste con los fondos oscuros; Crescenzi introdujo a este artista en los mercados europeos y particularmente en la corte inglesa donde su pintura alcanzó un éxito considerable en la época. El mismo Crescenzi envió cuatro bodegones de uvas a Carlos I de Inglaterra y se sabe que el embajador Sir Francis Cottington y su secretario acercaron a este artista a la aristocracia inglesa que esperaba con interés los envíos de sus cuadros.
La vida del pintor Juan Fernández «El Labrador» parece estar rodeada de un cierto misterio. Como enigmáticos resultan sus bodegones, la mayoría compuestos por racimos de uvas suspendidos sobre fondos oscuros y plasmados con enorme minuciosidad. Poco se sabe de este autor que sólo firmó uno de sus lienzos utilizando como pseudónimo «El Labrador» por lo que su verdadero nombre no se ha conocido hasta hace poco tiempo. Ahora sabemos también de su origen rural, probablemente en algún lugar de Extremadura; también sabemos que sólo acudía a Madrid cada primavera para vender sus obras, y que prefería vivir en el campo, cerca de la naturaleza y de los frutos y flores protagonistas de sus lienzos.
Parece que Juan Fernández fue durante un tiempo criado del noble italiano Giovanni Battista Crescenzi quien, llegado a España en 1617, tanto influyó en el gusto artístico de la corte durante los reinados de Felipe III y Felipe IV, lo que fue determinante en la obra de Juan Fernández. Crescenzi fue un protector de artistas a los que transmitió las novedades estéticas de su país. Además, sentía predilección por la representación de naturalezas muertas que tan de moda estuvieron en las décadas siguientes. Ciertamente algunas corrientes italianas como el caravaggismo fueron determinantes en los bodegones de El Labrador, pero sus composiciones y el detalle con el que representa los elementos del cuadro dotan a su obra de una gran originalidad.
En su primera época, Juan Fernández sólo representa uvas, después va añadiendo otros elementos y al final realiza varias pinturas de flores, probablemente por encargo. La representación de las uvas tiene un marcado carácter academicista, pues desde antiguo se consideraban objetos a través de los cuales demostrar la maestría del autor en función de su fidelidad al reflejar las texturas, madurez del fruto, tipología etc… Ya en la pintura griega, según relatan los clásicos, el pintor Zeuxis de Heraclea, realizó unas uvas tan reales que los pájaros acudieron a picotear el lienzo demostrando con ello la superioridad de la pintura sobre el resto de las artes.
Tan sólo se conocen catorce lienzos de este artista, de los que once pueden verse ahora en el Museo del Prado, pero los organizadores de esta exposición esperan que ésta sirva para sacar a la luz más obras de este singular pintor barroco.
Elena Romero. 2013
#1 marimer 22-03-2013 09:40
Me gusta Elena Romero en sus artículos.
Los bodegones del Prado son preciosos, pero nunca había oído hablar de este pintor